El caso del petróleo, por sí solo, como fuente rentística internacional ha superado en importancia, y con creces, a todos los demás recursos naturales en su conjunto. Aquella parte de la producción destinada a la exportación establece una división cualitativa entre lo que se conoce como países importadores y países exportadores. Los primeros, con la internacionalización del capitalismo, siguen identificados de forma inmediata con su esencia propiamente capitalista, a saber, subordinar la tierra al capital; los últimos, en cambio, se ven beneficiados de una renta internacional de la tierra. Los primeros chocan con la división territorial del globo en Estados nacionales territoriales; en cambio, los últimos se benefician de tal división.

 

La historia del petróleo constituye, en su primera etapa, un ejemplo por excelencia del proceso de internacionalización del capital y de su afán de subordinar el recurso natural a su diseño. Desde principios del siglo XX hasta los años 1970, en esta historia, los países importadores fueron esencialmente los países capitalistas desarrollados, y los países exportadores fueron esencialmente países pre-capitalistas – en ‘vías de desarrollo’ – del Tercer Mundo.

 

Obsérvese que, para los países importadores, en principio no hay diferencia entre la propiedad pública o privada en los países exportadores, ni les afecta quiénes terminan por beneficiarse de la renta internacional de la tierra dentro de estos últimos. En esta primera aproximación, los países importadores y exportadores se enfrentan simplemente como países capitalistas a los Estados Terratenientes.

 

A los EUA le correspondió un papel de primera importancia, tanto por el peso extraordinario del petróleo en su desarrollo doméstico como por su ascenso a la primera potencia del mundo luego de la Primera Guerra Mundial. En la segunda etapa de la historia, la de globalización del capital, todavía en pleno desarrollo, le corresponderá un papel central a Gran Bretaña, tanto por su importancia histórica como primera potencia colonial en el Medio Oriente, así como por el hecho de convertirse en el primer productor en el Mar del Norte, la nueva provincia petrolera que surgió precisamente en los años 1970.