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DESARROLLO

 

El capitalismo surgió históricamente de regímenes que se caracterizaban por la tenencia de la tierra en manos de la clase terrateniente como clase dominante. De manera que, al abrirse su camino, dicho régimen se caracterizaría por la tenencia del capital en manos de una nueva clase dominante, la clase capitalista, la cual tendría que subordinar a la clase terrateniente -en el sentido más amplio de la expresión- económica, política, social e ideológicamente.

Este proceso, en lo ideológico, se reflejó en la evolución del pensamiento económico moderno a lo largo de este proceso de transformación. Su punto de partida era la esfera de producción y ya no del comercio como había sido el caso hasta entonces. En lo esencial, se resumió en tres escuelas sucesivas, dentro de un período que se extendió apenas sobre un siglo y medio.

La primera fue la escuela francesa de la Fisiocracia. Su representante más importante fue François Quesnay con su Tableau Économique (1758). Los fundamentos de la economía lo constituían, para los fisiócratas, dos factores de producción: trabajo y tierra. Le siguió la escuela británica de la Economía Política Clásica; su representante más importante fue Adam Smith con su obra An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (1776). Los factores de producción ahora eran tres: trabajo, tierra y capital. El capital ya se había hecho presente y adquirido una importancia imposible de ignorar, más allá de la esfera del comercio, en la esfera de producción.

Esta segunda escuela fue relevada, a su vez, por una tercera, también británica, la cual viene a representar las Ciencias Económicas actuales. El término de 'economía política' se deshizo de su adjetivo 'política': había culminado – por lo menos en Gran Bretaña – la transformación del régimen feudal en capitalista. Puede señalarse como su primer representante el Profesor Alfred Marshall y su obra Principles of Economics (1890); y los factores de producción se redujeron ahora de nuevo a dos: trabajo y capital.

De manera que entre 1758 y 1890 desapareció el factor de producción tierra, el cual fue sustituido, en el pensamiento económico dominante, por el factor de producción capital. Obviamente, este desarrollo tenía que reflejar, de una u otra manera, la transformación real de la economía dominada por la clase terrateniente, en otra, dominada por la clase capitalista, llegándose al extremo no sólo de subordinar la primera a la segunda, sino hasta de negarle a la primera cualquier relevancia en todos los órdenes: teórica, económica, política, social e ideológicamente. 

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