Los grandes consorcios imperialistas, que controlan la industria petrolera, están enfrentados necesariamente a los propietarios de los yacimientos petroleros, bien sean éstos propietarios los particulares, como sucede en los Estados Unidos, o bien el Estado, como ocurre en Venezuela. De allí se desprende que la contradicción fundamental que caracteriza al imperialismo petro­lero -y que determina su desarrollo histórico particular- sea la contradicción existente entre la propiedad territorial -de un lado- y el capital del otro. En este estudio presentamos un análisis integral del desarrollo histórico de esta con­tradicción en nuestro país, desde los primeros días de la penetra­ción del imperialismo petrolero a principios de este siglo, hasta el presente.

Este segundo Tomo, integra el análisis del problema petrolero desde Castro hasta Leoni, es decir, 60 años de lo que se ha llamado la era petrolera; pero historiar el petróleo es historiar la compleja realidad venezolana en todas sus manifestaciones: el petróleo es, sin duda, el factor de más peso en nuestra vida económica, y quien quiera hacer un estudio de nuestro país, deberá necesariamente comprender el problema petrolero. A través de este análisis comienzan a fluir y esclarecerse las relacio­nes entre el imperialismo petrolero y el Estado venezolano, su analogía con la relación entre el capital y el arrendatario; las relaciones de las clases y capas sociales entre sí; el papel peculiar que le ha tocado jugar al Estado venezolano que en parte sustancial ha sido determina­do por la renta petrolera. 

Este tercer tomo culmina la ambiciosa meta que se trazó años atrás la entonces Comisión ideológica de Ruptura y su contenido está relacionado con la O.P.E.P. y las nacionalizaciones: la renta absoluta. 

El presente trabajo, se propone discernir la lógica o razón del pensamiento venezolano sobre ciertos puntos muy sustantivos del tema petrolero. Esta lógica o razón es un proceso que paso a paso se va desenvolviendo, y, en consecuencia, es un hecho histórico. Por lo tanto, la exégesis científica que ha de cumplirse aquí, en obediencia a la naturaleza de su objeto, debe ser una reconstrucción histórica. El proceso histórico a lo largo del cual el pensamiento venezolano revela su comprensión de las materias petroleras bajo consideración, así como las orientaciones y criterios para la acción política, se muestra, finalmente, como un proceso racional. Es decir, él posee una dirección.

El libro de Juan Carlos Boué El Síndrome de la Orimulsión presenta un estudio detallado, científico, técnico y económico de la
Orimulsión, completo y ampliamente documentado. De manera que el lector interesado puede formarse su propia opinión respecto a este proyecto, basado en la información más completa jamás puesta en el dominio público a propósito del tema. Pero dado que se trata de un síndrome, no faltarán quienes prefieran seguir viviendo con, y creyendo en, sus mitos.

Más allá de sus aspectos teóricos e históricos, la importancia de este libro reside en su notable contribución a la comprensión de la problemática actual de la cuestión petrolera en el escenario mundial.
Tal comprensión sólo puede encontrarse en la complejidad de las relaciones que se han establecido entre cuatro grandes actores vinculados por el petróleo. Ellos son: el propietario del recurso natural, cuyo interés radica en la obtención de un beneficio por permitir el acceso a su propiedad; el productor, que persigue obtener una ganancia sobre su inversión; el consumidor, que busca los más bajos precios posibles y, finalmente, el gobierno, entendido como la expresión de una complejidad orgánica de relaciones que, como tal, ejerce el dominio eminente sobre todos los recursos naturales. 

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En la literatura existente que trata las relaciones entre los países capitalistas desarrollados, la industria petrolera internacional y los países petroleros, podemos diferenciar dos corrientes. En primer lugar, la gran ayoría que trata esta relación desde el punto de vista del capital. En segundo lugar, nos encontramos con la literatura proveniente mayoritariamente de los países petroleros que toma como punto de partida la propiedad nacional de los yacimientos petrolíferos.  De acuerdo a nuestro criterio, tales posiciones parciales han perdido vigencia en la actualidad . Es por ello que aquí nos arriesgamos a presentar ambas posiciones en su unidad interna y contradictoria. Procederemos históricamente, ya que la contradicción entre la propiedad territorial y el capital que subyace en esta confrontación, solo puede comprenderse desde tal perspectiva.

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